El perro enfermo
Reconocer los síntomas
La observación atenta de nuestra mascota es fundamental para descubrir posibles señales de enfermedad. Cualquier manifestación anómala de su aspecto o su comportamiento deben ser tenidas en cuenta a la hora de decidir consultar con el veterinario o de tomar la iniciativa en las horas previas a la visita del profesional.
Síntomas tan comunes como vómitos, fiebre, diarrea y otras alteraciones pueden ser indicios de enfermedad y debemos estar preparados para valorar el grado de importancia de la misma.
También en caso de emergencias, como accidentes, shocks, fracturas, etc, nuestro conocimiento sobre primeros auxilios y la oportunidad de su aplicación puede resultar decisivo para la vida del animal.
Diarreas
Pueden tener diversos orígenes, como una dieta inadecuada o ingestión de alimentos en mal estado que provocan infecciones bacterianas o víricas; o también pueden ser síntomas de enfermedades graves, como el moquillo, por ejemplo.
Hay que distinguir entre heces blandas, producto de una dieta errónea, y diarrea. Ésta última se caracteriza por
una consistencia acuosa, de color desacostumbrado, que va desde el blanquecino al sanguinolento, pasando por el amarillo o el verdoso.
Para determinar la gravedad de la diarrea se debe observar la frecuencia y abundancia de las deposiciones, si el animal presenta algún otro síntoma, como inapetencia o tristeza, repasar qué ha comido y revisar la dieta.
Una diarrea, leve o grave, debe cortarse desde el principio. Si progresa, el perro se deshidratará y se debilitará, formando un círculo vicioso. Se suprimirá cualquier alimento que tienda a laxar, como hígado, carne cruda, verduras, grasas, etc y se sustituirá por yogurt o arroz o un antidiarreico de venta en farmacias. Si no remite o mejora claramente en 24 horas, conviene acudir al veterinario.
Vómitos
Los vómitos son relativamente frecuentes en los perros que comen demasiado o demasiado deprisa, o cuando el perro come voluntariamente hierba para limpiar su organismo. En estos casos no hay de qué preocuparse pues es un comportamiento natural.
Si son repetidos, frecuentes o con sangre pueden deberse a otros motivos, como la ingestión de cuerpos extraños o envenenamientos. Si además de vómitos el perro tiene fiebre, son síntoma claro de infección. En todos estos últimos supuestos hay que consultar al veterinario.
Fiebre
Es una defensa del organismo ante inflamaciones e infecciones y siempre debe ser el veterinario el que averigüe sus causas.
Conviene aprender a tomarle la temperatura en casa, pues tanto la elevada como la baja temperatura requieren intervención médica. Para hacerlo se introduce un termómetro lubricado en el ano unos 2 centímetros durante 1 minuto. Los límites admisibles son de 39ºC, por arriba y 37,8ºC, por debajo.
La fiebre se detecta también a simple vista por el aspecto general del perro: con la nariz caliente y húmeda, calor, abatimiento y pelo sin brillo.
Conductas que revelan problemas
Los perros a veces manifiestan sus problemas de salud con determinados comportamientos, que hasta pueden parecer graciosos o simpáticos a los dueños novatos. Por ejemplo, "hacer el trineo" o arrastrarse sobre sus cuartos traseros puede revelar varios trastornos: estreñimiento, lombrices, presencia de un cuerpo extraño en el ano o inflamación de los *sacos anales* (link con higiene perros). Otro gesto es el de las sacudidas de la cabeza u orejas dobladas, que normalmente indican problemas en los oídos, como otitis, suciedad y hasta presencia de cuerpos extraños, que deberían ser extraídos por el veterinario, como es el caso de las espigas, un problema muy frecuente.
Toses y estornudos pueden relacionarse también con cuerpos extraños en la nariz, con alergias a algún producto de limpieza o a los humos de los coches o simplemente con resfriados. Si a los estornudos va aparejada la fiebre, hay que pensar en infecciones, entre ellas moquillo, una de las más graves.
El mal aliento puede producirse o bien por *infecciones dentales* (link con aseo perros), problemas gástricos alimentos no adecuados e incluso envenenamientos por arsénico, éter, etc. Por último, el típico rascado canino, si es muy insistente y acompañado de mordisqueo de ciertas zonas puede indicar desde pulgas a eczema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario