martes, 10 de junio de 2008

normas de aseo general

Higiene y salud

El aseo, lo mismo que la buena alimentación, influye en la salud, tanto del perro como de los humanos que conviven con él.

Aunque teóricamente el can se autolimpia a base de revolcones y lamidos, la realidad es que la proximidad con el hombre ha hecho que éste se ocupe de mantener a las mascotas libres de olores, con el pelo pulcro y sin enredos, así como de limpiar las orejas, ojos, patas y uñas, que es donde más se acumula la suciedad, potencial generadora de enfermedades.

La piel y el pelo resultan beneficiados con el cepillado y el examen periódico de las orejas las mantiene libres de parásitos y suciedad. La limpieza, naturalmente, no se restringe al animal, sino que se extiende a todos sus utensilios y al ambiente en el que vive, desde el comedero a la caseta o colchón.

Cuidado del pelo y la piel

A partir de los dos meses de edad del cachorro podemos comenzar con las rutinas de higiene, frotando diariamente el pelaje con un paño o bayeta, para que se vaya acostumbrando al cepillado que vendrá después, cuando tenga tres o cuatro meses de edad.
El cepillado se realiza en varias direcciones, comenzando por varias pasadas en dirección contraria al nacimiento: de cola a cabeza, para terminar de cabeza a cola. Al finalizar el cepillado se puede friccionar con una bayeta para lustrar el pelaje y absorber el polvo restante.

Los perros de pelo corto tendrán bastante con uno o dos cepillados mensuales; para los de pelo largo será imprescindible hacerlo a diario, utilizando antes del cepillado una carda o peine para desenredar el pelo.
En época de muda es útil trabajar primero el pelo con la mano, para traer el pelaje muerto a la superficie evitando su acumulación, lo que produce una desagradable picazón.

El baño ¿cómo y cuándo?

No hay unanimidad en cuanto a la frecuencia ideal del baño del perro adulto: hay quien sostiene que lo indicado es una vez por mes, mientras otros opinan que es suficiente un baño cada tres meses o cuando se hayan ensuciado mucho. Con el momento del primer baño sucede lo mismo: mientras algunos empiezan a bañar a los cachorros justo después de su vacunación preventiva, alrededor de los tres meses, otros prefieren esperar hasta los seis.

Lo importante es que el champú utilizado sea específico no alcalino, para que respete el manto de grasa que protege la piel del perro contra el frío y las agresiones externas. Los baños excesivos o con productos inadecuados pueden dejar el pelaje de nuestra mascota áspero y sin brillo, y lo que es peor, a su piel desprotegida.


No hay comentarios: